20 ago 2010

Quiero Ser Peluquera...



Hay profesiones, de las cuales todo el mundo debería tener nociones. Me parece indispensable saber un mínimo de derecho o medicina, por poner un ejemplo. Más que nada para prevenir, aunque el saber no ocupa lugar y siempre es mejor saber más que menos, ya que en ambas profesiones hay, desgraciadamente, gente inepta…

Últimamente, y no por un hecho aislado, en mi lista de conocimientos indispensables se ha añadido uno: el de peluquera. Y es que, a esta profesión le queda “al pelo” la expresión “tomar el pelo”. De hecho, se conoce que el sujeto que la inventó acababa de salir descontento de su peluquería.

Pues bien, tras unos cuantos desastres capilares a mis espaldas (cortes de pelo, tintes y/o permanentes totalmente diferentes a las solicitadas por mi persona), llegó la gota que colmó el vaso…

Nota: hay que recalcar que después de cada una de las chapuzas, cambio de peluquería…

Voy a relatar mi última visita (pero cuando digo última, lo digo para siempre).

Acudí a mi peluquería habitual (en realidad era la tercera o cuarta vez que iba) y le dije LITERALMENTE a la peluquera “Quiero unas mechas con peine, 2 o 3 tonos menos que mi color, discretas, pero que se noten”

El resultado fue el siguiente:


Mmm… No, no soy una gatita Carey, pero al salir de allí era lo que parecía…

Había mechas que se veían bastante (de castaño-oscuro a rubio-piolín creo que van más de 3 tonos…) pero no me quejé… Lo que explica mi enorme cabreo fue la mala fe de la hábil peluquera, quien al enseñarme el peinado me camufló “el gran-manchurrón-amarillo-piolín de la coronilla” con una mecha de pelo sin teñir.

Para cuando me percaté, ya no pude hacer otra cosa que hacerme una coleta para disimular y esperar al día siguiente para ir a que me lo arreglaran.

Viernes por la tarde, voy a una hora un poco concurrida (llamadme vengativa). La chica al verme traga saliva… y me pregunto ¿se pensaba que no me daría cuenta? ¿o que me veía cara de dulce-e-inocente-gatita-carey incapaz de cabrearme?


Voy directa a ella y me quejo (con educación pero con un volumen suficientemente alto como para prevenir a los que esperaban su turno, soy cabrona, lo sé). La conversación sigue así:

Hábil Peluquera: Bueno, a veces las mechas hechas con peine quedan un poco más gordas.

Nota: si pedí ese tipo de mechas era porque me gustaban más y porque siempre me habían quedado bien

Dianna Cabreada: Eso no es una mecha gorda, eso es un manchurrón enorme en toda la coronilla.

Peluquera Tierra-Trágame: Siéntate, te daré tinte marrón para arreglarlo.

Dianna Más Calmada: Supongo que no me lo vas a cobrar ¿no?

Hábil Peluquera: ¡No! Ha sido fallo mío… lo único que te cobraré es el secar y alisar

Dianna Cabreadísima: Pues no me lo seques…

Prefiero secármelo en la pelu de enfrente, antes de que se lucre a costa de sus desastres… ¡faltaría más!

Me lo disimuló más o menos… pero pasaba de estarme más tiempo allá a que me lo arreglaran mejor (o me lo volvieran a estropear del todo), así que me fui y, ya en casa, me di un baño de un color intermedio para que se notara menos…


Qué jodida la tía… me fui más cabreada de lo que entré… o sea… ¿me alisé el pelo para llevar coleta? Si me hubiera arreglado la chapuza antes de alisármelo y cruzar los dedos para que no volviera reclamando, hubiera podido lucir el liso… además de que no hubiera perdido una clienta…

Desde ese momento, decidí no volver JAMÁS a una peluquería… Prefiero cagarla yo sola a que me estropeen el pelo pagando…


8 comentarios:

  1. ¡Ahora es cuando me siento orgulloso de ser hombre (bueno, hombrecillo más bien) y carecer de una gran masa de cuero cabelludo!
    Bueno, ahora y cada vez que "sufrís" el periodo o en cualquiera de las incontables ocasiones en que sois objeto de chanza debido a los tópicos asociados a vuestro sexo (que si conducís mal, que si más fregar y menos hablar, que si "cómo puede ser que aún no tenga una cerveza en mi mano habiendo una mujer cerca"...).

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  2. Oye, ¿para cuando una entrada con fotos de tigres de bengala?

    ¡Gracias!

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  3. Tranki... primero van los gatitos... otra vez será lo d los tigres...

    Pues yo prefiero ser mujer y tener una buena masa capilar... y pa los comentarios machistas... ya aprendí en su día jiu-jitsu...

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  4. je, je... qué apañada la muchacha, te deja una lewinsky en el cogote y te lo tapa con un mechón... sólo le faltó ponerte un sombrero.

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  5. Ya, pero, Mr o Mrs Kurb, creo q al final se arrepintió...

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